ALGO EN QUE REFLEXIONAR
Buscando
un nuevo destino republicano
Panamá,
un país que durante siglos ha sido influido muchas veces
por pensamientos y acciones ajenas a su voluntad, hoy se encuentra
a las puertas de cumplir los planes y proyectos que le permitan
avanzar hacía un futuro más promisorio.

Carlos R. Rowe L.
Crítica en Línea
A pocos días
de culminar el presente siglo, los panameños estamos a
punto de ver la terminación de una página que ha
marcado la actitud y la razón de ser del pueblo panameño.
La reversión y control total del Canal de Panamá,
así como también la salida de las tropas estadounidenses
del suelo patrio.
Desde el mes de noviembre de 1903, nuestro país ha
dejado sentir su más enérgica queja contra el tratado,
Hay-Bunau Varilla, pero irónicamente el tratado que al
fin puso término a la presencia norteamericana, el Torrijos-Carter,
tampoco ha gozado del beneplácito de todos los panameños.
Aunque, lo cierto es que permite que se corra el telón
con referencia a la lucha generacional, que década tras
década, marcó de luto y dolor a la familia panameña.
Nuestros recién cumplidos 96 años de vida republicana,
han sido marcados por el deseo de soberanía, entendiéndose
ésta, como el retiro total de tropas extranjeras de la
geografía nacional.
Pero, nace una interrogante, ya que durante la centuria que
pronto fenecerá, nuestro destino fue marcado por una lucha
que terminará en escasos quince días y crecimos
escuchando del compromiso del hombre del 2000, ahora ¿qué
sigue?, ¿qué del hombre de más allá
del 2000?.
El inicio de un nuevo siglo, debe significar, según
la mayoría del pueblo panameño la búsqueda
de un nuevo destino, un destino que nos capacitará para
afrontar un mundo que se aboca a la eliminación de las
fronteras, donde parece que el nacionalismo ha de ser trocado
por una cultura mentalizada tecnológicamente, que no brinda
oportunidad a los ideales de una época que segundo a segundo
va quedando atrás.
Nuestro país ha pasado por diferentes etapas, desde
dicotomía de los liberales y conservadores, pasando por
los golpistas y antigolpispas, PRDs y Panameñistas, hoy
día parece encontrarse entre Torrijistas y Arnulfistas,
quienes se disputan el derecho a regir la nación durante
el nuevo milenio.
Es tiempo, conforme a la opinión del estudiantado,
gremios sindicales y algunos políticos, de poner un alto
a un país divido por intereses políticos y recordar
que por encima de las banderas y opiniones partidarias, todos
somos panameños y lo bueno, malo o feo que pase en el
país a todos afecta.
Hasta el 31 de diciembre de 1999, la consigna el Canal es
nuestro, será aceptada, aunque todavía algunos
lo sientan ajeno y manejado en lo que son las áreas de
productividad industrial por intereses los cuales conforme al
clamor popular, aún no llenan las expectativas de la mayoría
de los panameños.
El amanecer del 1 de enero del 2000, ¿cuál será
la consigna?. ¿Hacía dónde nos dirigiremos
como nación?, es la pregunta que se impone.
Hace falta una política orientada hacía el nuevo
milenio, pero que involucre la transformación del pensamiento
panameño, orientándolo a retomar quizás
los ideales pre-republicanos, de antes de la construcción
del Canal.
Para los estudiantes, profesionales de diferentes ramas, vendedores,
etc., estiman en su gran mayoría que ha llegado el momento
de olvidar la actitud vengativa, disfrazada muchas veces de deseo
de justicia, cambiándola por la disposición de
esforzarce al máximo, por parte de todos los panameños,
para que el país no sea colonizado por ideologías
y prácticas laborales y comerciales, que no van acorde
a nuestra realidad.
Ser soberano implica el que cada uno, ya sea gobierno o gobernados,
cumpla de manera cabal y responsable sus obligaciones.
Alcanzamos por fin la victoria, pero ¿qué haremos
ahora con ella?.
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Hasta el 31 de
diciembre de 1999, la consigna el Canal es nuestro, será
aceptada, aunque todavía algunos lo sientan ajeno y manejado
en lo que son las áreas de productividad industrial por
intereses los cuales conforme al clamor popular, aún no
llenan las expectativas de la mayoría de los panameños.

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