ESPECIAL PARA RELATOS
Un regalo
para "salvar" la Navidad

Carlos Alberto Martínez
Crítica
en Línea
Llegó
Navidad y los más pobres de los panameños enfrentan
el dolor de cabeza siempre: conseguir juguetes baratos. Para
antes de que lleguen las fiestas navideñas, la muestra
es característica. Los motivos y aires de estas fechas,
el movimiento económico y de personas en busca de ver
cómo la época y el Año Nuevo los puede recibir,
etc.
Pero la época navideña se hizo y aún
se hace desde mucho tiempo para regalar y recibir regalos. Dentro
de ese grupo de edades, están los niños quienes
ponen a gusto su imaginación y deseos de poder obtener
lo más deseado. Todos reciben el bombardeo constante de
las promociones comerciales de los medios de comunicación,
especialmente cuando se tratan de juegos de marca reconocida
como Hasbro, que acaparó financieramente a la mayoría
de las franquicias de marcas de juguetes y juegos de mesa de
Estados Unidos y Europa, o de juegos de video como Nintendo,
Playstation de Sony o Dreamcast de Sega, o de los muñecos
de personajes del manga nipón como Dragon Ball o Pokémon
y la fama de la muñeca Barbie quien es ya una parte de
la transcultura mundial implantado por Mattel desde 1950.
Sin embargo, cuando la comunicación de esa expresión
de deseo del niño o la niña llega a sus padres,
éstos buscan retribuirle ese deseo, que por desgracia
para ellos se traduce en los altos costos en los precios de estas
marcas, especialmente en una mayoría de padres de familia
de clase media baja hasta los que han ido arrastrando una situación
económica seria que es imposible obtener ese lujo.
La recepción de los altos costos se traduce luego en
desesperación y, sólo por salir del paso y cumplir
tanto a sus hijos como a ellos mismos, buscan lo más barato
y para ello, no ha sido extraño que en nuestra urbe capitalina,
la crisis económica galopante que sucede en nuestro país
ofrezca la alternativa del creciente número de buhoneros
quienes buscan aprovechar el tiempo navideño para la venta
de los llamados "Juguetes Alternativos", aquellos que
con funcionamiento a baterías, cuerda o imitaciones de
otras marcas conocidas, se presentan con precios bajísimos
que ayudan tanto para los desesperados padres como para ellos
mismos, en el concepto de ofrecer y recibir para con qué
poder sustentar a sus familias.
Un recorrido por la Avenida Central nos dio cuenta de cómo
la cantidad de jóvenes, niños y padres de familia
han desviado la atención de las tiendas formales hacia
estos puestos donde no sólo hay juguetes, sino también
ropa deportiva, muchas de ellas de marcas de imitación,
y hasta de empaquetadoras de regalos.
Si en una tienda formal, los muñecos de Dragon Ball
o Pokémon llegan entre B/. 6.95 y casi los B/. 39.95,
todos ellos de marcas autorizadas, en un puesto de buhoneros
están a mucho menos de su valor real, siendo que en su
mayoría son de marcas fuera de las autorizadas mundialmente,
por solo citar ejemplos.
Hay algunas otras tiendas formales, que quieren hacerle competencia
y ofrecer costos similares, especialmente en los videojuegos,
la mayoría de ellos con imitaciones en forma y estilo
de los ya conocidos, pero dejando que desear la situación
de la calidad del juego mismo, muchas veces repeticiones de lo
que fueron aquellos juegos de la primera época de aparición
del Nintendo y hasta del Atari 2600, ya deseado por los coleccionistas.
Una vendedora de estos juguetes, nos dijo, "Hay más
cantidad de personas comprando estos juguetes porque a muchos
no les alcanza para ir a... (omitimos nombre de tienda formal)
tal lado". Señalaron además, que para poder
obtener estos productos a la venta, el dueño del negocio
busca comprar de un proveedor, sin importar la calidad o cantidad
que gira en el negocio.
Pero a la alternativa y a la buena intención hay quienes
no le dan la garantía y el objeto más apreciado
llega a ser el más dañado y la posibilidad de quejas
pueden ir en aumento a partir del próximo lunes 27 de
diciembre, y ya han sucedido en los días previos como
nos ha dado en su panorama, la funcionaria de la Comisión
de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor (CLICAC), Argelis
Villarreal, en el puesto cercano al parque de Santa Ana.
Según Villarreal, la falta de conocimiento y de respeto
a la Ley 29 que han mantenido ciertos empresarios respecto a
que se le debe otorgar el certificado de garantía al cliente
acerca del producto, en su mayoría electrodomésticos
y juegos electrónicos o de video, han hecho que se estén
expidiendo una mayor cantidad de boletas y en eso, la entidad
se ha mantenido vigilante, a pesar de que para juguetes y sobretodo
de lo que se venda de manera formal o informal no hay regulaciones
ya que todo es de libre oferta.
La mayoría de estos productos, proceden de Asia, especialmente
de Taiwan y la República Popular China, y se advirtió
del cuidado en que se deban tener ya que no todos ellos poseen
instrucciones, pero que, según los funcionarios, los panameños
debemos aún aprender acerca de comprar lo que conviene
y que sea bueno.
En este sentido, más allá de lo que es el nivel
comercial está el afectivo del regalo.
Para el profesional de la Psicología, Rubén
Rivera Botacio, del Depto. de Orientación de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Panamá, la cuestión
está en "¿A quién satisfacemos con
nuestro regalo?, cuando se trata de nuestros hijos o los de una
persona cercana a nuestro entorno."
Según el profesional, esta pregunta va hacia una serie
de consideraciones y factores que se traducen finalmente en que
los padres se han olvidado de estimular al niño a realizar
su "Proceso Lúdico" o entrar a relacionar el
juego mismo y qué le puede dar beneficios, y es allí
en que no se satisface a los hijos sino a ellos mismos a darles
y crearles talentos que núnca tuvieron en su infancia,
y se busca cumplir, especialmente con los sectores más
humildes, un proceso social influenciado mayormente por los medios
de comunicación.
Rivera Botacio, indicó de la existencia de juegos que
tienen un alto contenido violento dentro de una cultura de paz
que pretende presentar nuestro país, a pesar de que no
se profundizan los principios de los mismos, como los videojuegos
que en su mayoría proceden de Japón, basados en
los "Mangas" de la animación de ese país
cuya cultura básicamente basada en las artes marciales
y la peligrosidad en la venta de pistolas de juguete que son
réplicas exactas de los de verdad, que en países
como Estados Unidos, se vieron casos de muertos por la policía
por confusión respecto a las armas de juguete con los
reales.
"Se aconseja a los padres, -señala Rivera Botacio-,
a que, siempre y cuando sean juguetes que sean beneficiosos a
la formación del niño no importa si se invierte
cinco o mil dólares, deben adquirirlos dentro de sus posibilidades
y dejarlos desarrollar sus talentos, mientras que en cuanto a
los videojuegos, aún en Panamá no existen restricciones
sobre los contenidos violentos o no de los mismos, pero que las
autoridades deben tomar más en cuenta este fenómeno,
ya que un videojuego como el Mortal Kombat, por citar un ejemplo,
son literalmente hablando, extremadamente violento y sangriento
en su contenido".
Al momento en que aparezca esta nota, continuarán las
ventas de muñecos, robots, camiones, juegos, un sin fin
de juguetes que se presentan en nuestras calles y fuera de las
tiendas como la alternativa para "Salvar" las navidades,
pero se debe ser cuidadoso en lo que se mira y lo que se compra,
ya que a la larga, se verá que lo comprado puede ser una
pérdida lamentable para su bolsillo y su realidad económica,
la realidad de los panameños, quienes después del
31 de diciembre, mantenemos la expectativa.
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Al momento en
que aparezca esta nota, continuarán las ventas de muñecos,
robots, camiones, juegos, un sin fin de juguetes que se presentan
en nuestras calles y fuera de las tiendas como la alternativa
para "Salvar" las navidades, pero se debe ser cuidadoso
en lo que se mira y lo que se compra, ya que a la larga, se verá
que lo comprado puede ser una pérdida lamentable para
su bolsillo y su realidad económica, la realidad de los
panameños, quienes después del 31 de diciembre,
mantenemos la expectativa.
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