El Congreso de Estados Unidos aprobó una amplia reforma en los servicios de inteligencia gubernamentales. El proyecto fue votado por una amplia mayoría del Senado. Como ya tenía media sanción de la Cámara de Representantes, sólo resta la firma del presidente George W. Bush para que entre en vigencia.
La reforma establece los cambios más grandes en la comunidad de inteligencia estadounidense en más de medio siglo.
Entre las novedades figura la creación del cargo de director nacional de inteligencia, que coordinará la información que tengan las 15 agencias de inteligencia gubernamentales.
También crea un Centro Nacional de Antiterrorismo, que va a trabajar específicamente con la información sobre amenazas terroristas y va a planear misiones específicas de inteligencia. Además, incrementa los controles de frontera.