La temporada navideña hace que se decoren las casas, las calles y los comercios; la gente sale a comprar adornos, regalos, y más. Claro, parece que todo se centra en el gasto, olvidando un tanto valores como el amor, dedicación, alegría, emoción, reencuentro, esperanza y fe, que deben estar presentes.
Para poder inculcar el sentido de la navidad en nuestros hijos, la mejor forma es que ellos vivan la navidad, las vivencias son las mejores enseñanzas que nos da la vida.
Por ejemplo, se pueden preparar galletas navideñas con nuestros hijos para compartirlas con las personas que tenemos cerca, y que no necesariamente son familiares. Para lograrlo, sólo se necesita la disposición de ir juntos a comprar los ingredientes, elegir los colores de los adornos, la forma de los moldes, preparar las galletas, la decoración, y luego el momento especial para dar a los demás.
Se puede ir al parque a compartir las galletas con los niños que se encuentren allí, las personas que pasean; también pasar por la panadería y obsequiarle al panadero una de nuestras galletas, al vendedor de periódicos, al farmacéutico; es decir, a los miembros de nuestra comunidad. Sus hijos sentirán una emoción diferente, propia del ambiente navideño.