Rafael es un regalo de Dios para la familia Moreno Vega. Después de dos embarazos infructuosos, la señora Elizabeth Vega de Moreno, madre de Rafa, recibió con mucha alegría la noticia de que iba a ser madre. Los siete meses que pasó postrada en una cama para poder retener a su retoño fue un sacrificio que bien valió la pena. "Después de tanto cuidado, al fin pude tener un hijo que me ha dado tantas bendiciones, que tendría que hacer un libro para contarlas", afirma esta profesora de Educación para el Hogar en la EPIHO.
El primero de febrero de 1983 fue la fecha en que llegó al mundo este artista con un peso de cuatro libras y 13 onzas. Los intentos por un hermanito para este chico fueron en vano por lo que "Rafa" creció con el interés de tener un millón de hermanos "para hacerles una paila grande de arroz", quizás esa es la razón por la que Rafael se apega tanto a las personas.
De pequeño era bastante tranquilo, aunque no le gustaba comer y mucho menos limpiar el patio, por eso pataleaba y gritaba, pero al final lo hacía. Según su madre, ahora le gusta probar toda clase de comida y hasta sabe preparar deliciosos platillos.
Fue en el Instituto Justo Arosemena donde empezó a cantar fuera de casa participando en un sinfín de actividades, y al presentarse un proyecto como Vive la música, la familia lo animó por mucho tiempo a participar. No fue sino hasta después de pasar un año en la Academia de Música de Panamá y por sugerencia del director, que se decidió a participar.
Otro obstáculo se presentó en la vida de "Rafi", como le llama cariñosamente su familia al artista, el día de las audiciones tenía que salir de viaje, pues actualmente es miembro del equipo de servicio al cliente de primera clase en Copa Airline. Iba con destino a República Dominicana a las 11: 00 a.m., y las audiciones empezaban a las 9: 00 a.m. Por todo esto, Doña Elizabeth tomó la decisión de acudir a las 8: 00 de la noche del día anterior a cuidarle el puesto a su hijo. "Fuimos los primeros. No dormimos esa noche porque llegaron unas 30 personas y se pusieron a cantar. Yo fui con mi abrigo y mi gorra solamente, pues un compañero me dijo que el día anterior habían robado, pero cuando llegué me atendieron, me dieron una silla y nos quedamos ahí hasta que Rafa llegó a las 6: 30 de la mañana. Después de ser aprobado, Rafa se vistió en el carro y abordó su viaje sin saber la aventura que le tocaría a su regreso.
Esta pasión ha crecido con él y han sido sus abuelos, paternos y maternos, los principales promotores de esa vida de artista. Su abuelo paterno, René Moreno, le enseñó a tocar guitarra y su abuelo por parte de madre, quien murió hace un mes, Pacífico Vega, le enseñó a cantar bolero y a llevarle serenata a todas las madres en su día. "Mi papá siempre me dijo que si le pasaba algo, yo tenía que seguir y por eso yo he acompañado a Rafa a pesar de las criticas de la gente", afirma una acongojada madre.
Según cuenta la señora, lo más grande que les ha dado Vive la Música es la posibilidad de unir más a la familia. "Tuvimos una matanza en la que primos, hermanos, sobrinos se conocieron", afirmó.
