Una operación de guerra puso fin ayer a la rebelión de los narcotraficantes en Río de Janeiro y los expulsó, casi sin encontrar resistencia, de las favelas del Complexo do Alemao, un territorio que durante décadas estuvo dominado por el crimen organizado.
En dos horas de operación, con blindados y helicópteros, se dio un primer parte de victoria, por medio del comandante de la Policía Militar de Río de Janeiro, coronel Mario Sergio Duarte.
"Vencimos. Trajimos la libertad a la población del Alemao", dijo el jefe policial, quien señaló que a pesar de algunos tiroteos, los 2600 policías y militares que participan en la operación no encontraron "la resistencia" que esperan y seguirán en el lugar.
Blindados de la Armada del tipo Mowag Piranha y tanques Urutú del Ejército fueron los encargados de abrir el camino a los policías y militares que se tomaron el complejo de quince favelas sin que los delincuentes, miembros del "Comando Vermelho" (Comando Rojo), hayan opuesto la resistencia que se esperaba.
La campaña contra los narcotraficantes comenzó hace más de una semana, después de que decenas de delincuentes armados con fusiles huyeran hacia esa barrida luego de ser expulsados de la vecina favela Vila Cruzeiro por escuadrones policiales.