Los aliados Tony Blair y George W. Bush se mostraron desafiantes, diciendo que las mortíferas explosiones en Estambul demostraban la necesidad de continuar la guerra contra el terrorismo y justificaban la campaña en Irak.
"Gran Bretaña y Estados Unidos y otras naciones libres están unidas hoy en nuestro pesar y unidas en nuestra determinación de luchar y derrotar este mal dondequiera que se encuentre", dijo Bush.
"Nuestra misión en Irak es noble y es necesaria y ningún acto de matones o asesinos cambiará nuestra resolución ni alterará el destino de ellos. Terminaremos el trabajo que hemos empezado", agregó Bush.
"Lo que este último crimen terrorista nos ha enseñado es que esto es una guerra. Su principal campo de batalla es Irak", dijo Blair.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw, dijo que los ataques llevaban "la marca de las operaciones de terrorismo internacional realizadas por Al Qaeda y organizaciones asociadas". |