El 18 de agosto del 2004, continuaba en la capital salvadoreña el sueño de acudir por vez primera a una cita mundialista (Alemania 2006), de la mano del técnico colombiano José "Cheché" Hernández, en medio de la triste noticia de la muerte de Armando Dely Valdés, el mayor de esta dinastía y uno de los mejores del fútbol local.
En ese primer partido, la prensa salvadoreña titulaba días antes del encuentro, "Paredes con fe", refiriéndose al D.T. local, que había reanudado sus labores con la selección, teniendo en mente la palabra "victoria". Indicaba Paredes "vamos por el triunfo, lo buscaremos, hay fe, esperanzas, y lo que queda es luchar y luchar en la cancha en los 90 minutos que vienen".
Pero no todo era color de rosa para el equipo centroamericano, "siempre la misma canción", titulaban los medios salvadoreños indicando que dentro del equipo habían cuatro jugadores que negociaban los premios para el grupo, "siempre es lo mismo; se deja todo a última hora", ironizaba el defensor Mario Guevara.
QUERIAN CUMPLIRLE A LOS "POCOS FIELES"
La afición cuscatleca no estaba contenta, debido a que su selección no estaba en su mejor momento, "queremos y creo que debemos cumplirle a los pocos fieles que siempre creen en la selección", señalaba Jorge Rodríguez.
Según Rodríguez, ellos sólo son representantes de un deporte, donde siguen pasando muchas cosas raras, antes que ser netamente profesional, "la gente debe entender eso", decía el mediocampista.