Pensemos en ganar y dejemos que lo demás pase solo. Hoy es un día histórico para el fútbol nacional, un día en el que todos al unísono debemos cobijarnos en una sola bandera, la del triunfo, la de Panamá.
El partido no será fácil, primero porque debemos saber manejar la ansiedad, no desesperarnos si en los primeros minutos no cae el gol, por el contrario, ir con calma tejiendo la victoria y manteniendo siempre el orden defensivo.
Yo no me imagino a un equipo salvadoreño atacando, por el contrario, me parece que ellos van a esperar la propuesta panameña, más cuando esa fue la que le dio su única victoria en esta eliminatoria y fue precisamente ante Panamá.
Hoy es nuestra revancha. Es por eso que cualquiera que tenga aspiraciones de clasificar a un hexagonal y por ende al mundial, tiene que ganarle en su casa a este equipo salvadoreño que no es ni la sombra de aquel que fue a dos mundiales y que en la época de los noventa con los Raúl Díaz Arce, Mauricio Cienfuegos, Gillermo Rivera y compañía peleaba de tú a tú en el área de CONCACAF.
Panamá tiene que hacerlo esta noche, no hay de otra, si perdemos hoy debemos despedirnos de esta eliminatoria, esto está de más decirlo.
Por eso hoy es el compromiso con la historia, los Dely, Brown, Garcés, Blanco, Mitre, Donaldo, Penedo, Medina III, en fin, todos deben aportar lo suyo. Olvidémonos de Jamaica y Estados Unidos, ellos allá que jueguen y que pase lo que Dios quiera.
Panamá, independientemente de si clasifica o no, debe ganar, dejar un buen sabor de boca en la afición y en la eliminatoria.
Vamos equipo, a ganarle a El Salvador. Si no lo hacemos hoy, entonces cuándo.