En los últimos meses, escuchar acerca de una fuga de La Joya o La Joyita, se ha convertido en un tema bastante común a pesar de las destituciones y cambios que se han anunciado en el Sistema Penitenciario.
Lo cierto es que aunque exista o no una campaña entablada en contra de Luis Gordón, director del Sistema Penitenciario, hay que reconocer que el problema existe y debe resolverse.
En reiteradas ocasiones, Gordón ha manifestado que las infraestructuras que de este complejo no fueron diseñadas pensando en albergar a presos.
La realidad del complejo penitenciario es cruda, pero es necesario darla a conocer: cercas en mal estado a punto de colapsar, veredas y caminos inundados de aguas negras, al punto que para que los policías realicen sus rondas deben calzar botas de caucho; Un sistema de aguas servidas que colapsó hace mucho tiempo, garitas de vigilancia deterioradas, sin barandales, algunas sin techos, y sobre todo sin luz para la iluminación nocturna. La Policía se vio en la necesidad de colocar una lámpara de un estadio en una de ellas de forma improvisada.
Y ni hablar de las instalaciones, los techos de los pabellones podridos, paredes con huecos y que se desmoronan hasta con una simple cuchara; baños e inodoros que no funcionan, en su mayoría por falta de agua, celdas y galeras sin candados, y los existentes inadecuados. La lista es larga. Esto es sólo un botón de muestra.