Eran cuatro chiquillas estudiantes de primaria. Iban caminando adelante, riéndose de sus chistes. Y comían chocolates. Entonces dos de ellas arrojaron al suelo las envolturas de sus dulces. La mañana estaba medio nublada y mi ánimo algo gris por el ambiente. Al ver los papeles en el suelo, a unos diez metros de la escuela donde se veía un tinaco, me enfurecí.
Con voz alta y de regaño les dije que no echaran papeles al suelo, que eso contamina el ambiente.
A las "peleas" se le heló la sonrisa en el rostro. Abrieron los ojos de asombro ante el regaño... pero no dijeron ni "pío", cosa que agradezco. Ahora los chiquillos y jóvenes insultan a un mayor sin ningún remordimiento.
Por mi mente circuló la explicación de mi disgusto. Es que ese día se celebraba el Día del Estudiante, que este año pasó "sin pena ni gloria", como dicen algunos en la 24 de diciembre.
Toda la semana había hablado sobre lo diferente que son los estudiantes de ahora. Esto fue motivado en parte por la terrible noticia de que una profesora fue violada por jóvenes frente a sus alumnos.
Recordé que hace tres años causé sensación en una reunión de profesores universitarios de comunicación. Dije que "cada año los estudiantes llegan a la Universidad más "chumásticos".
Aunque algunos colegas trataron de desvirtuar el planteamiento, la mayoría lo aceptó.
Este año he tenido alumnos que dicen palabras obscenas en plan aula para impresionar. Otros hablan sin importarles la clase del profesor. Incluso uno defendió el fumar marihuana "como deleite personal".
Claro que son la minoría, pero esas manzanas "podridas" hacen daño al resto del salón.
Respecto al nivel de estudio cada año llegan más "analfabetas funcionales" palabrita de los técnicos que indica que aunque sepan leer y escribir, no lo hacen.
Los profesores que tenemos más de treinta años de trabajar podemos comparar. Y los alumnos de ahora salen perdiendo...
No solo tienen mal comportamiento, no estudian, copian de Internet, se quejan de todo, se visten como si estuvieran en una discoteca, sino que llegan a responderle de mal modo a los docentes.
Pero esos chicos no tienen toda la culpa. La falta de respeto y educación viene del hogar, la escuela primaria y secundaria, etc.
Añada a esto los malos ejemplos de politiqueros bandidos, y malos gobernantes, impunidad de delincuentes llenos de plata. ¡Que futuro le espera a este país!
