CUARTILLAS
Allí
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
Por allí, por zaguanes y pasillos, por aceras llenas de rajaduras y calles con huecos, circulan muchos panameños que no pueden llegar a un medio de comunicación y expresar eso que llaman "la voz del pueblo". El lío de las compras de medicinas con precios adulterados en el Seguro Social, indigna a panameños humildes, que escuchan las fatídicas palabras "no hay" cuando buscan medicamentos en el Seguro. Pero el asunto no es nuevo. Tal vez lo nuevo es que ahora existe un Contralor que está "sacando los trapos sucios al sol". Recuerdo que hace más de quince años, en plena dictadura militar, denuncié en un radio periódico que dirigía el mismo fraude. Una de mis "fuentes" me envió fotocopias donde aparecía el precio de una medicina en Colombia, y lo que pagó aquí en Panamá el Seguro Social por ese mismo medicamento. La diferencia era enorme. Yo denuncié eso pero nadie hizo caso. Ahora al fin parece que se tomarán acciones contra estos modernos "piratas", quienes hacen fortuna con la salud de los asegurados. (A propósito, creo que la ley de medicamentos recién aprobada es una burla para los panameños, porque realmente no logrará rebajar el alto precio de las medicinas. Recuérdese que la salud es esencial al ser humano; por lo tanto, las medicinas deben estar al alcance de todo el mundo y no solamente de los ricos). Otra queja de gente de capa media es contra el cable de TV. Dicen que ha aumentado cinco balboas con la excusa de nuevos programas. Pero entre las novedades están programas religiosos (falsos profetas), para niños y deportivos, que no interesan a todo el mundo. Bueno, si no le gustan los nuevos programas, rechácelos y que no le cobren más plata. También me dijeron que uno tiene cable para huirle a los anuncios de publicidad. Sin embargo, canales de cable que cuestan tanta plata están llenos de esta publicidad que la gente no quiere ver ni en pintura. Eso es un abuso contra los que pagan cable de TV. Por allí me dicen que hable bien de la forma como Panamá administra el Canal. Primero informes indican que ha habido menos accidentes que cuando estaba en manos gringas y eso debe llenarnos de orgullo. Ojalá sigan así... Pero no todo el mundo está contento con la salida de los Estados Unidos de Panamá. Una señora dijo que antes ganaba mil trescientos balboas al mes en un empleo que tenía en la antigua Zona del Canal. Cuando se fueron los gringos le dieron una compensación (que ya se gastó) y comenzó a buscar empleo en Panamá. Tuvo que patear mucha calle, pegarse a políticos influyentes hasta que encontró un puesto de sólo trescientos setenta y cinco balboas al mes. "Tuve que tragarme mi orgullo porque necesito comer", dijo la dama con amargura, añorando cuando miles de panameños ganaban buenos salarios en la Zona del Canal y las bases militares. Quise decirle que eso se sabía hace años y que era un costo por ser soberanos en todo el país, pero me callé para evitar un insulto. Con los "días puentes" de noviembre la plata corrió por las calles y pueblos del interior del país. Otra vez el turismo interno demostró que ayuda a circular dinero por el interior del país, principalmente. Siempre y cuando los "días puentes" no sean un atentado contra fechas de la nacionalidad, son un buen instrumento para reactivar la economía. Y alguien con malicia (que no entiendo) me dice que este gobierno debe nombrar en puestos claves a gente que tenga estudios específicos, y no solamente a buenos copartidarios...
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