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Jean Chretien, premier canadiense.  |
El Primer ministro canadiense Jean Chretien, luego de anunciar su partida con 18 meses de anticipación, creó una atmósfera de fin de reino en el gobierno, donde la batalla por su sucesión socava aún más su autoridad y provoca profundas fisuras en el Partido Liberal, ya sacudido por reiterados escándalos.
Con bajos porcentajes en los sondeos, muy controvertido en su propio partido, Chretien apostó a revertir la situación anunciando a fines de agosto que dejará el gobierno en febrero de 2004, luego de permanecer en el poder desde 1993.
Recientemente en la Cámara de los Comunes, durante la votación de una resolución, Chretien perdió control del partido y tuvo que dar libertad de voto a sus legisladores. Su ex ministro de Finanzas, Paul Martin (ahora acérrimo rival), fue el primero en apoyar la rebelión de las filas liberales.
El vice-premier canadiense, John Manley, y los ministros Allan Rock y Sheila Copps aprovecharon igualmente la crisis para anunciar sus candidaturas electorales. Con una oposición casi inexistente, la batalla por el liderazgo del Partido liberal es ardua, porque constituye una vía privilegiada para tomar las riendas del país. |