Para algunos los días libres del comienzo del mes de noviembre no son para honrar a la Patria, sino para divertirse en playas, montañas y otros sitios. Incluso aprovechan "paquetes" turísticos para viajar al exterior.Otros panameños los vemos desfilando por ciudades y poblados, con rostros serios y orgullosos de sus vistosos uniformes.
Claro que en muchos se hincha el pecho al sonido de las tonadas nacionalistas que tocan bandas de escuelas y colegios, incluso las llamadas bandas independientes.
He conocido caso de jóvenes problemáticos que mejoraron su conducta al unirse al esfuerzo musical en sus escuelas. Menos mal que ahora se reconoce el talento que hay en esta actividad.
Pero siempre que veo los desfiles una pregunta llega a mi mente: ¿realmente honran y quieren a la Patria esos que desfilan?
La interrogante se extiende a los que vivimos en este pequeño país, tanto los que nacimos aquí, como los que vinieron del exterior.
Les digo a mis alumnos que el objeto principal de la labor de un Periodista debe ser luchar por mejorar a su Patria.
Ser "agente de cambio" significa buscar a través del trabajo periodístico mejores días para este país.
Debo aceptar, sin embargo, que hay panameños y extranjeros que realmente no quieren a la patria, sino que se aprovechan de ella.
Es lamentable ver a diario acciones negativas contra la vida y propiedades del resto de los que vivimos aquí.
No quiere a su patria quien anda en malos pasos, ya sea funcionario público, ciudadano particular, extranjero visitante o residente.
Los que usan a Panamá para tránsito de drogas no pueden amar este país.
Tampoco los que destruyen bosques buscando aumentar sus riquezas, sin importarle el daño que le hagan al medio ambiente.
Aquel jovenzuelo que no estudia lo suficiente, que anda en la "vida loca" de las drogas y el sexo, por más que desfile no es un buen panameño.
Menos los será el o la funcionaria pública que flojonea y hace mal su trajo, que es pagado con el dinero de los impuesto del pueblo.
Ni qué hablar de los politiqueros, que buscan los cargos públicos para llenarse los bolsillos o inflar su vanidad.
Ya no es cosa de pensar en la historia de la separación de Colombia, sino en construir día a día un mejor país. Es absurdo que con la mejor economía de Latinoamérica, el cuarenta por ciento de los panameños Viva, Crítica en Línea en la pobreza.
A la patria hay que servirla para hacerla mejor. No aprovecharse de ella, por más excusas y disimulos que nos quieran hacer creer.
