El presidente francés, Nicolas Sarkozy, protagonizó ayer un golpe de efecto al viajar por sorpresa a Chad para llevar consigo a los tres periodistas galos y a las cuatro azafatas españolas que se encontraban detenidos por el intento de la ONG gala Arca de Zoé de sacar del país africano a 103 niños.
El avión presidencial era esperado poco antes de la medianoche, hora local, en el aeródromo militar de Villacoublay, a las afueras de París, después de dejar en Madrid a las cuatro azafatas españolas.
Son los siete primeros liberados de los 17 europeos arrestados en Chad hace once días, cuando las autoridades chadianas frustraron el embarque de 103 niños con rumbo a Francia en un avión español fletado por la ONG. Permanecen en una prisión de Yamena seis cooperantes de Arca de Zoé, acusados de secuestro de menores y estafa.