El Gobierno espera que los galenos agremiados en la Comisión Médica Negociadora Nacional (COMENENAL) recapaciten y dejen de lado el llamado a huelga convocado para mañana, ya que los más afectados serán los pacientes.
El vicepresidente Rubén Arosemena Valdés adelantó que el Gobierno se está preparando para enfrentar esta situación y no descartó que se den nuevos nombramientos a médicos desempleados, si las amenazas de huelga se hacen efectivas y se prolonga este paro de manera indefinida.
Arosemena fue claro y reconoció que existen pocas probabilidades de llegar a un acuerdo con los galenos y evitar la huelga de 48 horas que convocaron a partir de mañana, por lo que se están tomando algunas medidas para evitar una crisis en la atención de los pacientes.
"Es una huelga injustificada, ya que no se les puede dar la cantidad de dinero que están solicitando. Estamos en una mesa de negociación, pero sin ninguna justificación ellos (médicos) llaman a sus bases a una paralización de labores sin importar las consecuencias que esto pueda traer", aseguró Arosemena.
El gremio de médicos ha exigido al Gobierno nacional un aumento salarial del 60%, el cual a criterio del gobierno es muy elevado y de dárseles este incremento se estarían poniendo en peligro las arcas de la Caja de Seguro Social.
En tanto, David Ocalagán, miembro de la Asociación de Pacientes con Insuficiencia Renal, solicitó a los médicos agremiados de la COMENENAL suspender el llamado a huelga, porque los afectados serán los panameños que se atienden en el sistema público de salud.
Ocalagán, quien también es representante de la fundación que lleva su nombre, invitó a las partes en conflicto a mantener el nivel de conversación para evitar la paralización médica, programada para mañana.
Reiteró que de concretarse la huelga, responsabilizarán directamente a la dirigencia de la COMENENAL por las afectaciones negativas que sufran, según los reglamentos establecidos internamente y jurídicamente.
Informes estadísticos de la CSS destacan que a razón de la huelga, se perderían unas 22 mil consultas diarias y se dejarían de realizar unas 300 cirugías, las cuales ya habían sido programadas.