OPINION

TEMAS DE ACTUALIDAD
Recuerdos de Toño

linea
Por Alfredo A. Franceschi
Colaborador

No recuerdo cuando fue la primera vez que conocí a Toño Díaz. Quizás esto ocurrió hace como 25 años, cuando ambos íbamos al Cosita Buena a escuchar las cantaderas de mejoranas y nos encontrábamos allí con Lito Decerega. Era la epoca de Toñito Vargas y otros trovadores famosos.

Fueron largos años de amistad, de una sincera amistad, que se extendió a nivel familiar, con su esposa Esthercita, Junior, Diamar y sus otras dos hijas. Había una confraternidad, un intercambio constante de opiniones y criterios de asuntos interesantes, como el deporte y la política. No hablaba mucho con Toño del folclore, porque nunca he sido muy aventajado en esto, pero el siempre me regalaba casetes de músicas típicas, de grandes conjuntos panameños y de su propia creatividad.

La muerte de Toño, ocurrida el lunes, me dejó pasmado. Tenía ese presentimiento desde que lo vi la última vez cuando cumplió años el 27 de agosto, y le llevé un regalo del canciller Dr. Josè Miguel Alemán. Ese día estaba bastante optimista, aunque pude notar que su físico ya no era el de antes. Estaba muy deteriorado, pero tenía una gran familia que lo alentaba y lo cuidaba con mucho cariño.

Antonio Díaz, fue un versátil escritor de asuntos del folclor, autor de músicas típicas y de canciones interioranas, que fueron interpretadas por los mejores conjuntos locales.

Se destacó como PERIODISTA COMPLETO, llegando a dirigir varios periódicos, y programas noticiosos en la radio. Entro a Crítica Libre, en 1990 y allí se mantuvo como director y editorialista, hasta que la enfermedad lo obligó a alejarse, pero siempre enviaba sus editoriales, comentarios y su columna era muy leída, por sus conocimientos de diversos temas.

Como periodista e historiador fue un gran MAESTRO. Le gustaba el deporte, escribió mucho de béisbol, boxeo e hípica y tenía en su hogar una tremenda biblioteca, que le servía de referencia cuando su pluma interesante y bien llevada, se internaba en crónicas profundas y de gran contenido. Era un artista de la pluma y de candentes editoriales. Era un eterno creyente de los valores humanos de las personas y de los escritos profundos, de análisis y de contenido. Nuestra amistad fue grandiosa, y nunca se me olvidará los consejos que me ofreció en situaciones delicadas y el apoyo moral y sentimental que me dio por la discapacidad de mi hijo Alfredito, que ahora tiene 13 años. Varias veces, cuando regresaba de sus viajes en el exterior en misiones periodísticas, siempre se acordaba de traerle aunque fuese una gorra a mi hijo. Cuando conversábamos por teléfono, lo que hacíamos con frecuencia, tenía tiempo para hablar de todo y para preguntarme sobre los avances del niño, que por cosas de su síndrome de west que sufrió al nacer, se ha quedado sordomudo. Esa era Toño Dìaz.

Una vez un periodista de Estados Unidos, dijo en una conferencia con Henry Kissinger, que Toño Díaz había hecho las mejores preguntas, todas muy sesudas, que más bien parecía un corresponsal extranjero. Que Dios y el Divino Niño, te bendigan amigo Toño.

 

volver arriba 

 

 

linea
linea gris

| Primera Plana | Portada | Nacionales | Opinión | Económicas | Mundo |
| Deportes | Provincias | Variedades | Sucesos | Sociales | Ediciones Anteriores |
| Buscador de Noticias | Clasificados Epasa |



bandera de Panama
Ciudad de Panamá
Copyright © 1995-2001 Crítica en Línea-EPASA
Todos los Derechos Reservados