Realmente cuando uno entra a la Universidad a estudiar, es tan joven que no tiene una idea exacta de lo que encontrará... y para qué lo hace. Algunos escogen la carrera de "su vocación", con la que han soñado desde niños. Esos son la minoría. Otros sencillamente "tienen" que estar en la universidad para lograr un mejor salario.
Pero esos dan vueltas entre las varias opciones que indican los expertos que tienen disposición o habilidades. A veces no poseen una imagen real de lo que significa tal profesión. Así, por ejemplo, cuando van a Publicidad se piensan caminando por pasarelas ante las miradas ávidas del público. Eso es modelaje y no tiene que ver con estudios publicitarios.
Cosa parecida ocurre con Periodismo. Piensan que pronto estarán en las pantallas de TV convertidos en "ídolos" de los panameños. Sienten emoción al pensar situarse al lado de presidente(a), ministros y otros altos funcionarios.
Imagino que en Derecho sucederá algo similar. Algunos llegarán a sus aulas creyéndose un pichón de "Perry Mason", el famoso abogado de la televisión de los años sesenta.
Poco a poco el joven comprenderá que una profesión no es cuestión de relajo. Quien piense más en discotecas y placeres se quedará en el camino. Si las "copias" pudieron funcionar en la secundaria, en la "U" a veces no significa nada repetir como papagayo un texto.
Nuestra Universidad de Panamá cumplió el pasado siete de octubre sesenta y seis años de existencia. Ya se está poniendo vieja, si se tratara de un ser humano. Sin embargo, como universidad sigue siendo una de las más jóvenes del continente. Para que una universidad "sea madura", necesita por lo menos cien años de existencia...
Esa "U" ha ido cambiando según los tiempos y por eso no es vieja. Ahora está llena de computadoras y tecnología, algo novedoso para los que la conocimos a finales de los años cincuenta y durante los sesenta.
Antes, ser licenciado era algo notable; ahora apenas comienzan a estudiar la licenciatura los profesores advertimos: "al lograr su diploma, piensen en estudiar un post grado, una maestría, un doctorado".
El momento presente exige "más papeles" que en mi época. Los conocimientos son mucho más abundantes ahora, que hace cuarenta años, lo que exige más de profesores y estudiantes.
Claro que no todo es "un mar de leche" en la U. Hay malos estudiantes, profesores y administrativos. La politiquería todavía carcome algunos de sus estamentos, aunque traten de desmentirlo.
Pero sigue allí la institución, siendo la "conciencia crítica de la Nación", como lo señalaba Octavio Méndez Pereira. Es un faro formador de los profesionales, que liberan al país del oscurantismo y la dependencia extranjera al talento y la cultura extraña. Ese estoy seguro que era uno de los propósitos de Harmodio Arias M., cuando firmó la creación de la universidad.
Yo soy producto de esa universidad y no me quejo. Mi educación no me costó ni setenta balboas de esa época... y me ha permitido estudiar con éxito en Chile, Perú y Colombia. Y como profesor con veintinueve años de docencia, estoy en buena posición para contribuir a llevar a la juventud panameña "hacia delante", "hacia la luz". |