REFLEXIONES
"América: ¿Hallazgo o descubrimiento?

Carlos Christian Sánchez
Cuando Cristóbal Colón desembarcó en Las Bahamas un 12 de octubre de 1492, el navegante genovés pensó que llegaba las tierras de Catay o la India. Palmeras, clima tropical, aguas cristalinas y la población amerindia le recordaron a los asiáticos. Inmediatamente los españoles, y luego los portugueses, dirían al mundo que habían "descubierto" una ruta hacia el Asia. Al recorrer Magallanes el planeta en el viaje de circunvalación, los europeos se atribuyeron el papel de conquistadores de tierras desconocidas, con derecho pleno a posesión gracias a la providencia divina y las Bulas Papales del Siglo XV. Hasta las nuevas regiones fueron "bautizadas" con el nombre de "América", en honor a Américo Vespucio, quien consideró el recién descubierto continente como una masa terrenal aparte del Viejo Mundo. En realidad, nunca hubo un descubrimiento. Hombres y mujeres cruzaron hace miles de años el Estrecho de Bering, cuando las glaciaciones permitían un camino entre Asia y Norteamérica. Unos 30 millones de indígenas americanos sabían que vivían en un vasto continente de innumerables climas cuando Colón llegó a la América. Tres gloriosas culturas, la maya, la azteca y la inca, progresaron en civilizaciones avanzadas que perfeccionaron la agricultura, además que conocían el ciclo de los fenómenos naturales. Colón fue uno más entre los exploradores europeos que llegaron a la América. Sólo que su proeza acabó con siglos de sombras por los temores ensalzados desde los tiempos de los cartagineses, quienes diseminaron por Europa, que el Océano Atlántico estaba lleno de monstruos marinos y tormentas terribles. Los Vikingos, aquellos guerreros escandinavos, llegaron a la Vinland, en el norte de Canadá, a comienzos del Siglo X. Y qué podemos decir de los polinesios que pudieron tocar tierra sudamericana centurias atrás de Colón, contactando a los incas. Más bien, Cristóbal Colón halló una tierra habitada, inexplorada por los europeos, pero conocida por los amerindios. No conquistaron una tierra de salvajes. Aunque sí impuso España y Portugal un férreo dominio imperial, bajo el tutelaje de la colonia forzada. Millares de pueblos indígenas fueron masacrados. Las Antillas fueron vaciadas de las tribus indígenas locales: luego, Hernán Cortez conquistaba el imperio azteca en 1521, tras destruir a sangre y fuego Tenochtitlán. En 1533, Francisco Pizarro acaba por dominar Cuzco y a los incas. Los mayas serían los que resistirían hasta mediados de 1670, en cruentas batallas en el Yucatán. Con justa razón, los sobrevivientes pueblos indígenas protestan la celebración del denominado "Día de la Raza". Será quizás la raza blanca, puesto que el hallazgo de América fue una verdadera tragedia que afectó a toda la humanidad, en especial los que habitaban las Américas. Cada Viernes Santo, las procesiones en Guatemala son un ejemplo que demuestra el sufrimiento humano de los pueblos amerindios, frente a la explotación de los poderosos. Aunque el cristianismo influenció igualmente en la colonización del Nuevo Mundo, la religión ha hecho poco por evitar el exterminio de los valores culturales de las naciones indias. Por ello, cuando ocurre la flagelación de los campesinos mayas en dichas procesiones, indirectamente ocurre una protesta que pide al Cristo Redendor el perdón de los pecados humanos, además del sufrimiento de la vida en un mundo que para los indígenas no fue bueno desde que Colón pisó la isla de Las Bahamas en 1492.
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