TEMAS DE ACTUALIDAD
"Transportistas samaritanos"

Bernardina de Moreno
La noche del apagón, la lluvia y el tranque, viajaba en un taxi y quedamos "regaos" (como decimos en nuestro hablar criollo), porque la batería se estaba descargando y el carro empezó a calentarse, amenazando con prenderse. El chofer detuvo el vehículo en un aparte, levantó la tapa para ver qué podía hacer y aunque ustedes no lo crean queridos lectores, los compañeros que le pasaban al lado, ni se inmutaban en preguntarle siquiera, ¡qué le pasaba! Al contrario, tal vez, pensaban: "uno menos con quien competir". Muy poco me ocupo de escribir sobre estos temas, pero al darme cuenta de la situación en que se encontraba el taxista, que no le quedó más remedio que, dejarme allí, con lluvia, apagón y todo, para tratar de arreglar su problema lo más pronto posible, Reflexioné sobre el hecho de que, cuando no había tanta competencia, no se daba esa falta de solidaridad, ya que con sólo ver a cualquiera en problemas con su carro, no tardaba otro compañero samaritano en llegar solícito a prestarle auxilio al afectado. Da pena, pero es una gran realidad, comprobar que la pérdida de valores, es lo que ha traído como consecuencia esta conducta egoísta del ser humano. Hemos programado nuestra mente de tal forma que, ya no nos importa para nada, qué hace o deja de hacer nuestro prójimo, en tanto no interfiera con mis intereses. Y así, observamos con pesar cómo el hombre a pesar de ser una criatura pensante, se comporta peor que los animalitos a veces. Pero, vamos a ser positivos, y a esperar a que, las consecuencias de nuestro errado actuar sea la válvula que nos haga reflexionar y darnos cuenta que, estamos a tiempo para detenernos y recapacitar. Tengamos presente que, todos necesitamos de los demás, aunque fueramos los más favorecidos económicamente, siempre existirá una necesidad que el dinero no puede resolver. La ambición y la sed de poder nos está haciendo olvidar que, en la medida en que ayudemos a los demás a ser felices, estaremos construyendo nuestra propia felicidad.
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