EDITORIAL
Medidas contra el abuso transportista
Las actividades del transporte
público en sus formas colectivas y selectivas, acumulan ácidas
críticas y reclamos en el seno popular, el extremo que a los buses
se les identifica como "DIABLOS ROJOS", aun cuando ahora ostentan
colores distintos con proclamas mercantiles y anuncios comerciales específicos.
Para contener el abuso de los irrespetos que se realizan con taxis, buses
y colegiales, las autoridades correspondientes anunciaron acciones rectificadoras;
entre ellas la eliminación de los papeles ahumados en ventanas y
parabrisas, de manera que resulte fácil verificar el interior del
vehículo, asímismo el retiro de los componentes musicales
y otros artefactos sonoros que en exageración de decibeles afecta
la salud auditiva de los pasajeros.
Las condiciones de carrocería y mecánica, entre ellas la
ruedas, serán verificadas con detenimiento para eliminar los automóviles
en deterioro que constituyen peligro para los viandantes y los viajeros.
Las propuestas administrativas que anuncian las autoridades alcanzarán
resultados válidos en la medida que quienes sirven los roles de manejo,
de pasajeros y de espectadores, asuman las responsabilidades de evitar la
continuación del abuso y las conductas desorbitadas y ofensoras que
dejan lesionados, daños y muertes en las calles panameñas.
Si los pasajeros se mantienen sumisos, sometidos al abuso y el improperio,
y no reclaman con firmeza sus derechos y respeto, no avanzaremos en el control
adecuado y seguro del transporte público; si los vecinos al presenciar
excesos de conductores irresponsables, no los informan a las autoridades,
poco podrán adelantar los patrulleros y policías, para cancelar
la ignominia.
De igual manera, con urgencia se impone que las autoridades del tránsito
determinen cuáles son las fuerzas, instancias políticas o
gremiales que amparan a los choferes abusadores y logran que los castigos
por sus infracciones sancionables sean ilusorias.
En este sentido, resulta grosero, y no es aceptable que un conductor
tenga doscientas y más boletas sin atender, y continúe indiferente
manejando en las vías citadinas; tampoco resulta plausible que quien
protagonice actos delictivos al manejar, retenga la licencia y siga campante
incrementando el riesgo del peligro criminal.
"El frío no está en las sábanas", reza
un castizo refrán que tiene plena aplicación en la realidad
vial panameña, cuando por sofisticados y elaborados reglamentos y
normativos se pretende corregir males profundos que arraigan en la estulticia,
la inconsciencia, el torcido "juega vivo", el abuso censurable,
motivos por los cuales se impone una cruzada de educación transportista,
de incentivación cívica, de fortaleza vecinal: Para ello se
impone requerir conductas cívicas, comprobar los adecuados manejos,
verificar los corteses tratos, que hagan del ejercicio laboral transportista
un oficio meritorio, plausible y respetado.


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AYER GRAFICO |
Don Alfonso Ducreaux R. hace uso de la palabra en la entrega del escudo
del distrito de Chitré. |


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