El optimismo en el ser humano es importante, pues las personas optimistas siempre irán hacia adelante, sin ningún freno, con una visión positiva de la realidad de sus problemas y gran seguridad en sí mismas y en el futuro. Depositan totalmente su confianza en Dios y saben que Él les dará los medios necesarios para triunfar.
El optimismo es una postura positiva ante la vida, es realista, rompe nuestro negativismo y siempre trata de ver el lado bueno de la vida. Son optimistas aquellos que logran imaginarse y ver con los ojos del alma y de la fe, ese futuro mejor y van tras él, persiguiéndolo con la seguridad de que lo van a alcanzar. En cambio, el pesimista retrata en su mente el fracaso, cree firmemente y se dispone al fracaso y entonces fracasa. Él se dice a sí mismo que va a fracasar, él lo dispuso así, se preparó para recibir la derrota y fue derrotado antes de combatir la batalla.
Si usted desea ser optimista, usted necesita ejercitar la esperanza que supone a Dios actuando para realizar el futuro. Dios quiere ayudarlo a usted, pero es fundamental que usted abra el corazón para que Dios lo ayude. Ponga todo en las manos del Señor y actúe para conseguirlo con la seguridad de que así se hará y sea lo que sea vendrá.
Todos los hombres que tienen calidad de vida, tienen sentido común. Son personas de ideas claras, profundas y de pensamientos sólidos. Justifican sus acciones con argumentos convincentes, propios; no son personas influenciadas por los pensamientos de otros o por estados de ánimo. Su buen juicio se ha ido formando a través de la vida, muy lentamente y están muy seguros de proceder en forma correcta.
¿Se ha preguntado usted si goza de buen juicio? Pues si es así, usted es un hombre con un alto grado de sentido común y sus análisis gozan de mucha lógica. Usted no se deja manipular por otras personas, es independiente, tiene criterio propio y no hace lo que todos hacen. Usted se destaca por ser una persona que se conduce por sus propios criterios y de gran confianza en sí mismo. Cultive su buen juicio, medite y reflexione y así nadie lo conducirá por los senderos incorrectos.
El entusiasmo es lo que lleva a realizar lo que se desea.