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El presidente cubano, Fidel Castro, encabezó ayer una sentida manifestación de un millón de personas para homenajear a las víctimas de la explosión de un avión cubano en pleno vuelo cerca de Barbados, en 1976.
La concentración, convocada por el gobierno en la Plaza de la Revolución de La Habana, se hizo coincidir con el aniversario 25 de la muerte de 73 pasajeros que viajaban en una aeronave hacia la isla.
También sirvió para expresar la solidaridad de Cuba con las víctimas de los atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos.
"Nuestros hermanos muertos en Barbados ya no son solo mártires; son símbolos en la lucha contra el terrorismo, se yerguen hoy como gigantes en esa batalla histórica para erradicar el terrorismo de la faz de Tierra," dijo Castro en un discurso que arrancó gritos de "Fidel! Fidel!" entre los manifestantes reunidos desde las primeras horas del amanecer.
La Habana ha culpado a dos cubano-estadounidenses, Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, como los autores intelectuales de la colocación de dos bombas en el avión.
El ataque, dijo Cuba, es sólo un ejemplo de los 42 años de terrorismo que ha sufrido la isla caribeña desde su Revolución en 1959.
Ambos fueron encarcelados inicialmente en Venezuela por su presunta participación en el atentado, pero Posada se fugó y Bosch fue liberado unos años después .
Bosch vive ahora en Miami, mientras Posada está detenido desde noviembre pasado en Panamá, acusado de planear un asesinato a Castro durante la Cumbre Iberoamericana.
En su discurso, Castro comparó la masiva reacción mundial a los atentados en éú el mes pasado, con un virtual silencio internacional sobre la explosión ocurrida en 1976, en la cual fallecieron 57 cubanos entre los 73 pasajeros.
"Nadie, salvo un grupo de personalidades e instituciones amigas, compartió nuestro dolor; no hubo conmoción en el mundo, ni graves crisis políticas, ni reuniones en la ONU, ni inminentes peligros de guerra", dijo.
Castro exigió justicia contra Posada, Bosch y todos los "profesionales del terrorismo", a quien Cuba ha acusado durante décadas de planear ataques violentos contra la isla desde Estados Unidos con patrocinadores del terrorismo y enfrenta al mismo tiempo sanciones económicas de Washington, dijo que "nunca un artefacto terrorista, ni siquiera un gramo de explosivo" había salido de Cuba para estallar en los Estados Unidos.
"Jamás un norteamericano ha sido muerto o herido, ni una sola instalación, grande o pequeña, en ese inmenso y rico territorio, ha sufrido el menor daño material por alguna acción procedente de Cuba", agregó. |
