Un peligroso hallazgo realizaron varios trabajadores de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en las áreas aledañas al Cerro María Flores, en la carretera que conduce al poblado de Cocolí, en el corregimiento de Ancón.
Se trataba de una granada de mortero 60, que aparentemente data de tiempos de la presencia militar de las tropas de Estados Unidos en las riberas de la vía interoceánica.
Los empleados canaleros al notar la presencia del peligroso artefacto, procedieron a desalojar el perímetro y hacer el respectivo llamado a la Unidad de Explosivos de la Policía Nacional.
Al lugar llegó personal especializado quienes procedieron a trasladar la granada hacia las faldas del Cerro Canajagua, en el mismo sector de Cocolí, donde procedieron con su destrucción.
Hasta el año 2005, habían muerto 22 panameños por las explosiones de estos armamentos.
El más reciente afectado fue Kelvin Pérez, de 17 años, quien detonó accidentalmente una granada mientras clavaba una estaca en un sembradío y, como consecuencia, perdió una mano y uno de sus ojos.