La Paz estaba paralizada por la huelga indefinida convocada por la Central Obrera de Bolivia (COB) en oposición a la venta de gas sin consulta popular, aunque las actividades en el resto del país eran normales.
La poderosa organización sindical de los comerciantes al raleo, que sólo en La Paz nuclea a 500.000 subempleados, tomó las principales avenidas de la capital.
La mayoría de los centros de abasto popular también cerraron sus puertas en rechazo a los supuestos planes del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada de exportar gas a través de Chile. |