La ley que prohíbe en las escuelas públicas francesas el uso de símbolos religiosos ostensibles, como el velo de los musulmanes, las grandes cruces cristianas o los kipá de los judíos, entró en vigor el jueves, primer día de clases.
El regreso a las aulas bajo estas nuevas condiciones se produce mientras sigue sin conocerse la suerte de dos periodistas franceses en Irak, cuyos secuestradores exigieron la eliminación de la ley como condición para liberarlos.
El gobierno de Francia rechazó aceptar las condiciones de los secuestradores y, según la agencia de noticias EFE, la comunidad islámica francesa se ha solidarizado con los periodistas, Christian Chesnot y Georges Malbrunot. La medida afecta a 12 millones de estudiantes.
Hasta ahora, la mayoría de las estudiantes han optado por quitarse el velo a las puertas del colegio.