Para explicarlo más claro daremos el siguiente ejemplo. Un policía es dejado solo en un allanamiento. No hay nadie en la casa donde se investiga, lo único que hay regado por todo el piso son fajas de billetes de cien dólares. Es el primer día de trabajo de la unidad y no tiene ningún real para llevar comida a su casa. ¡Qué tentación más grande!
En efecto, el sujeto podría pensar que no hay nadie viéndolo, por lo que consideraría tomar una faja de billetes, pero, si se enteran, perdería su empleo y su dignidad.
Esta es una gran prueba para pasar el examen final como buen Policía. Así mismo es en el plano espiritual. Dios nos pone a prueba para medir nuestro grado de fe.
El propósito de Dios para enviar las pruebas es ayudar a la persona a descubrir el nivel de su fe. Toda prueba enviada por Dios tiene como meta fortalecer la fe de la persona.
La responsabilidad de la persona que es probada es soportar la prueba. Esto significa recibir la prueba como algo que viene de Dios para beneficio de la persona probada y rechazar cualquier pensamiento en el sentido de reclamar a Dios o pensar que Dios es injusto, o que no vale la pena ser un discípulo de Cristo o abandonarnos en los brazos de la auto-conmiseración o la autocompasión.
Usted sabe: Pobre de mí, por qué me tiene que pasar todas estas cosas justo a mí. Por qué a mí que soy tan bueno y no a otros que son tan malos.
El premio para los que soportan las pruebas adecuadamente es lo que la Biblia llama la corona de vida.
La responsabilidad de la persona tentada es resistir la tentación. El premio a los que resisten la tentación es simplemente ahorrarse las consecuencias del pecado. Por este motivo, la promesa de la corona de vida es para los que soportan las pruebas que provienen de Dios y no para los que resisten la tentación.