Funcionarios del Gobierno, expertos y líderes religiosos estadounidenses han condenado la incitación del predicador evangélico Pat Robertson a asesinar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, duro crítico de Estados Unidos.
Sin embargo, la Casa Blanca no había emitido una condena a los comentarios de Robertson.
Quienes sí lo hicieron fueron el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.
Robertson dijo que "si él cree que estamos tratando de asesinarlo, pienso que deberíamos hacerlo (...) sería mucho más barato que iniciar una guerra".
Rumsfeld rechazó los comentarios del predicador evangelista y ex candidato a la presidencia de EE.UU. en 1992, al señalar que fueron emitidas "por un ciudadano privado".
McCormack a su vez reiteró que Robertson es un ciudadano privado que emitió comentarios "inadecuados".
Para el embajador de Venezuela ante la ONU, Fermín Toro Jiménez, las declaraciones de Robertson no causan "asombro ni sorpresa" y pidió acciones por estas declaraciones.
No obstante, indicó que llama la atención "que esta provocación se haya producido en vísperas de la sexagésima Asamblea General de Naciones Unidas" en Nueva York el mes próximo y a la cual Chávez proyecta asistir.