Quien fue farandulero en la época de los años 40, 50 y 60; recordará la vida nocturna que se vivía en nuestra ciudad capital.
La Segunda Guerra Mundial, hizo de Panamá paso obligado de las fuerzas aliadas que iban a combatir en los escenarios de las batallas tanto en el Pacífico, como en el Atlántico.
La Avenida Central fue el sector donde más surgieron sitios de diversión, recordamos por ejemplo donde ahora está la Caja de Ahorros al inicio de la Calle 17, estaba la cantina conocida como: Segundo Frente; la Calle "J", otra vía en donde casi pegaba una con otra había una cantina o cabaret, recordamos El Paso, la Cantina Ovalo, la Cantina Frank, la Cantina Búfalo, la Ancón.
La siguiente avenida archiconocida es la Calle "K", sinónimo de prostitución, ya que allí "trabajaban" las damas de la noche, por eso, quien quisiera comprar un rato de placer, sólo tenía que llegar a la Calle "K"; me cuentan que muchas de estas damas, posteriormente se regresaron a sus lugares de origen, donde compraron fincas, ganadas con el sudor de sus esfuerzos carnales.
El panameño común se divertía en los barrios de Calidonia y El Marañón, allí estaban los bares como El Encanto, Montmatre, La Chalet, La Tívoli, La Libertad, Lo que el viento se llevó, La Cabaña (centro de reunión de los artistas); en el barrio de El Marañón, teníamos el Coco Pela’o, Fuerte 18, La Chalet Roxi.
Para la clase media teníamos la Cantina Hancok, la Cantina Doc, la Cantina David, La Bradley para los norteamericanos residentes en la Zona del Canal.
Para la clase adinerada y políticos, los jardines Atlas y El Rancho, el Hotel Internacional, la Cantina del Hotel Central y desde luego el Club Unión, cerca de Las Bóvedas.
Ya todo eso quedó en el Panamá que se fue y no volverá.