En un viejo apartamento de una de las barracas de Curundú, dormía un agente de seguridad luego de un ajetreado turno laboral.
Pudimos conocer que el seguridad Fernando Peralta, de 28 años, llegó a su residencia, dándole a guardar el arma y radio a su esposa.
Al despertar del largo sueño, supuestamente le preguntó a su concubina por el arma y ésta le contestó que no sabía dónde estaba. El sujeto enfurecido, la agarró a trompadas.
Ella, llorando, fue en busca de sus parientes, quienes no dudaron en darle su merecido a Peralta.
Este tuvo que ser trasladado al Santo Tomás, luego que le tasajearan la oreja y espalda.