Un pacto con Dios fue todo para que la historia de Herminio Rivera tuviera un final feliz. Se convierte en el más bello testimonio de amor a Dios y a su prójimo.
Esta no fue la clásica historietas de mal amores o infidelidades, sino una vida de sufrimientos, pecados y maleantería que viven muchos de los jóvenes de un barrio.
Herminio, luego de ser uno de los más temidos de la Pedro Obarrio, se convirtió en un pastor que lucha por erradicar las pandillas.
"ME CONVERTI, ESTANDO PRESO"
Un homicidio que no cometí, fue lo que me llevó al rebaño de Dios, luego de ser una de sus ovejas descarriadas.
El nombre de Herminio era de temer. A su corta edad se había visto involucrado en robos, balaceras y hasta en homicidios. Pertenecía a la banda el Cartel de la Pedro Obarrio.
En 1995, Heminio fue advertido por la DIIP: un homicidio más, y sería él quien pagaría. Yj así fue.
Confesó el hoy pastor, que aquella vez, él no tenía nada que ver en la muerte de un seguridad. La Policía lo buscaba y a él sólo le quedó huir al "distrito" (San Miguelito).
Hasta allá lo persiguieron los problemas: unos colombianos le intentaron robar, él se defendió y en el intercambio de bala falleció un inocente.
Ya no pudo huir más. Las autoridades lo capturaron. Para él, este era su final, sin imaginar, lo que Dios le tenía programado.
"Todos me abandonaron, yo estaba solo y desesperado, por ello me arrodillé y le dije a Dios: cambia mi vida y te sirvo hasta que me muera".
Allí empezó otra historia llena de retos, ya que la única clave que tenía para decirle a los demás que había cambiado era su testimonio de amor y fe.
En noviembre el pastor cumplirá seis años de haber ofrecido su vida a Dios, y cumplirá su pacto.. "hasta que se muera".
EN BUSCA DE PANDILLEROS
Luego de cinco años de trabajar con pandilleros, Herminio asegura que el problema de las pandillas en Panamá, todavía se puede solucionar, pero para mañana será tarde.
Manifestó que en otros países, la situación realmente es grave, que sólo en una pandilla operan como 200 jóvenes, cuando en Panamá esto todavía no se ha dado.
En una conversación manifestó a Crítica que su trabajo con las pandillas es arduo. Hace casi un año realizó un proyecto con estos jóvenes, pero el Gobierno le quedó mal, ya que le prometieron y nunca cumplieron.
Según confesó, él trabaja con pandilleros para "tratar de sanar algunas de las fuertes heridas que causó".