El Parlamento iraquí decidió prolongar hasta el 22 de agosto el plazo para la entrega de la Constitución permanente.
El aplazamiento parece confirmar que no existe consenso entre los líderes de las diferentes comunidades sobre los puntos en conflicto.
Según el artículo 61 de la ley de Administración del Estado, en caso de que la cámara no reciba el texto constitucional antes del 15 de agosto, el Parlamento debía disolverse, pero esto se evitó.
Los sunitas están dispuestos a aceptar como un hecho consumado la autonomía que goza el Kurdistán desde 1991, pero se oponen a un Irak federal, por miedo a verse recluidos en el árido centro del país, mientras que los chiítas obtendrían, tal como desean, la autonomía en el sur, rico en petróleo.