El entusiasmo es de vital importancia para que las personas logren realizarse y triunfar en cualquier campo de su existencia. El entusiasmo permite a una persona vivir en un nivel pleno de satisfacción interior, funcionando como Dios lo dispuso al traerlo a este mundo.
Los grandes constructores, vendedores, estudiosos, artistas y otros se han realizado y logrado grandes triunfos gracias al entusiasmo.
Muchas personas no tienen metas u objetivos. Otros se han fijado objetivos fuera de su capacidad real. Sin embargo, hay personas que sí se han fijado metas concretas y están luchando por alcanzarlas. Pero aun dentro de este grupo hay algunos demasiado conformes con las cosas que están haciendo y simplemente piensan que hacen lo mejor que pueden. Quizá esa sea su situación y usted se ha fijado una barrera mental, ilusoria, de limitaciones. Alguien dijo que "las cosas grandes las han hecho personas que no sabían que no se podían hacer".
Es necesario que cada persona rompa las barreras mentales negativas que las mantienen sugestionadas creyendo que no pueden realizar sus metas. Esto se logra desarrollando tres cosas: entusiasmo, incentivo e iniciativa. El entusiasmo nace cuando los incentivos u objetivos son buenos y maravillosos. La iniciativa nace en la medida en que usted sea una persona entusiasta y creativa. Entonces, usted puede practicar una "auto hipnosis positiva", proponiéndose alcanzar objetivos mayores convencido de que Dios le ha dado la capacidad para conseguir la meta trazada. Olvide la frase "no puedo" y, con mayor entusiasmo propóngase alcanzar sus metas.
En el lenguaje griego, entusiasmo significa "vivir en Dios". Si le falta entusiasmo es porque no le permite a Dios animarlo a usted. Dios le ha dado total libertad, así como la responsabilidad de administrar su propia vida. Abra su vida al Señor. Preocúpese por alcanzar esas grandes y maravillosas metas que Él quiere que logre. Dios es vida y Él está dispuesto a dársela en abundancia. Si siente que algo le falta en su vida, busque al Señor. Solo con Él vencerá su tristeza y desánimo. Recuerde que CON DIOS, USTED ES ¡INVENCIBLE!