Anúnciese en Crítica en Línea


  OPINION

REFLEXIONES
¿Se parece Panamá al Planeta de los simios?

linea
Carlos Christian Sánchez
Colaborador

Jane Goodwall, una antropóloga que vivió 15 años en el Congo, decía que los simios y el hombre se parecen en mucho. Ciertos chimpancés del África Central tienen costumbres extrañamente humanas: son omnívoros, es decir que comen carnes y plantas; hacen herramientas para sacar insectos de los hormigueros, pelean guerras contra otras manadas, hacen alianzas para sobrevivir, conocen las plantas medicinales que les pueden sanar, sufren enfermedades similares a la de los hombres como el polio y el SIDA, tienen mellizos y hasta adoptan las crías abandonadas por sus madres.

Cuando Tim Burton decidió hacer la continuación de la saga del "Planeta de los simios", él tomó en cuenta este gran parecido de los simios con la humanidad. Pero, la película de ciencia ficción puede también ser una advertencia sobre los malabares de la evolución en el caso que los seres humanos perdamos nuestro elevado nivel de desarrollo.

Todavía, tras dos millones de años de dominar la superficie terrestre, aún poseemos rasgos animales, e incluso puede ser que las demás criaturas consientan más el destino natural que el mismo grupo humano. Lo único que separa al hombre del simio es que los monos usan el instinto, mientras el ser humano razona. No hay que ir muy lejos para saber si nuestra cultura está en la prehistoria, o quizás esté regresando a ella. La violencia es desmedida cada día, siendo tolerada por la sociedad como si fuera algo normal. Los hombres comprenden que el más fuerte tiene la razón. Las bandas juveniles matan a los asaltados para demostrar coraje o valentía.

El comportamiento poco importa de las personas ante los lesionados, las personas de vieja edad abandonados a su suerte, al igual que la carencia de tratamiento entre los individuos absorbidos por los problemas materiales, nos hace similares a las criaturas de la naturaleza.

El autoritarismo policial, la prepotencia de las autoridades, la opresión a la libertad de expresión, los abusos sexuales, el machismo, la discriminación racial, el desprecio al hermano común, además de las actitudes mezquinas, son ejemplos evidentes que el hombre sigue manteniendo la vigencia de la ley de la selva.

Ejemplos los podemos ver en Panamá cuando un agente de Tránsito le dice a unas personas que deben bajarse de un auto en Arraiján, porque no es posible trasladar pasajeros ante la existencia de una ley absurda. Nadie hace nada pues existe el temor de desafiar a un policía corrupto cuando uno tiene derecho a reclamar. Yo puedo llevar a quien me dé la gana dentro y fuera de mi ciudad, pero los 21 años de dictadura militar hacen que las personas vean a los guardias como algo intocable.

El uniforme verde oliva crea miedo, la cara del oficial asusta, tal como lo hacen los individuos feos en la naturaleza. Por reacción, la gente se reprime ante el poder de la violencia. Y como la dictadura cayó hace doce años, poco se olvida en la memoria de las personas los abusos de los militares.

Cuando tenemos autoridades que piensan sólo en su supervivencia política en vez del dolor ajeno, entonces estamos bajo las leyes de la selva. Si tres millones de panameños ven que sus dirigentes se comportan mal, lo lógico debería ser el protestar ante los abusos, pero nadie, pero casi nadie, se atreve a desafiar al más fuerte porque teme una paliza.

 

volver arriba 

 


linea

NUESTROS ANUNCIANTES


| Primera Plana | Portada | Nacionales | Opinión | Económicas | Mundo |
| Deportes | Provincias | Variedades | Sucesos | Sociales | Ediciones Anteriores |
| Buscador de Noticias | Clasificados Epasa |



bandera de Panama
Ciudad de Panamá
Copyright © 1995-2001 Crítica en Línea-EPASA
Todos los Derechos Reservados