EDITORIAL
Diablos Rojos
Se dice que la muerte de las personas, de forma trágica, los convierte en mártires. Así sucedió con el trágico fallecimiento de Ilka Cherigo, la joven estudiante que su sueño de vivir quedó truncado al pasarse por encima un autobús de esos que mal llamamos "Diablos Rojos".
Hace poco, otra persona pereció por culpa del relajo de los transportistas. La comunidad ha acumulado mucho resentimiento hacia con el sistema de transporte retrógrado que tenemos y estas dos tragedias han permitido que la ciudadanía haga un coro generalizado pidiendo al Gobierno de turno que frene de una vez por todas el desastre que provocan los transportistas endiablados.
Ahora que está de moda perseguir a los "palancas" de los "Diablos Rojos", la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) decidió lanzar una extensa campaña para adecentar el servicio del transporte colectivo en la ciudad de Panamá.
Pablo Quintero Luna, director de la ATTT, solicitó al Gobierno mayores poderes para aplicar sanciones para aquellos conductores que manejan irresponsablemente y causan el caos en las vías y demás arterias de la urbe capitalina.
Se recomendó también un castigo ejemplar al conductor y al dueño del "Diablo Rojo" que rompa las reglas del tránsito. Pero lo más importante ha sido la opción de mejorar radicalmente el transporte colectivo con la implementación de un sistema de transporte masivo urbano, de las cuales han surgido dos opciones viables: el proyecto de líneas con autobuses articulados híbridos y el plan del tren ligero capitalino.
Habrá que esperar los estudios que revelen cuál opción es la mejor para el área metropolitana, donde se asegure un servicio eficiente a un precio económico para los usuarios.
La gente ya está cansada de viajar en buses en mal estado y con un servicio pésimo. Cualquiera alternativa para mejorar el traslado de personas de la periferia de la ciudad de Panamá hacia el centro de la misma, significaría un alivio para la población.
PUNTO CRITICO |
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