El amor a la Patria y a todo aquello que la representa pareciera haber quedado en las clases de Historia y Cívica que recibimos siendo estudiantes.
El significado de nuestra nacionalidad se ha perdido en el olvido y ha sido suplantado por el apego a modas y costumbres extranjeras comercializadas que llaman la atención y que son aceptadas por panameños, aún cuando muchos no terminan de entender el contenido de las mismas.
Esta apatía por lo nacional puede observarse en niños pequeños, jóvenes y hasta en ciudadanos adultos.
No obstante, a este grupo de nacionales se les pregunta sobre algún tema foráneo y enseguida pueden entablar conversación. Más no ocurre lo mismo si se les cuestiona acerca de un acontecimiento ligado a nuestra historia como nación o sobre alguna cultura o lugar de nuestra geografía.
La Patria es el cimiento de nuestras raíces, es la tierra que da los frutos que los nacionales sembramos, son las experiencias y vivencia que vamos dejando a las próximas generaciones.
Cultivar el sentimiento patrio no es tarea fácil, es una responsabilidad que debe iniciarse desde el seno familiar y posteriormente, ser reforzada en la escuela.
Enseñarle a los niños el camino que se ha tenido como Nación y explicarle esa trayectoria que está guardada en la historia patria, es un deber de los educadores.
Los recuerdos de la historia de esta nación solo vuelven a la memoria en noviembre de cada año, cuando el entusiasmo por las celebraciones de las Fiestas Patrias se apodera de los ciudadanos
Es un hecho que todos debemos poner de nuestra parte para evitar ser una vergüenza para nuestro país.
Uno de los primeros pasos que debemos seguir es conocerlo más, y así empezaremos a quererlo con orgullo.