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EDITORIAL
Lo bueno, lo malo y lo feo del Toro
Mucho público desaprobó el abucheo de que fue objeto el presidente Dr. Ernesto Pérez Balladares, durante la inauguración del Estadio Nacional que el pueblo insiste en llamar Rod Carew aun con la desaprobación del INDE. Dicho coliseo se construyó durante la administración del actual mandatario. El Toro se adelantó a su época en un país todavía dependiente del paternalismo. De mentalidad empresarial y moderna, quiso poner a Panamá sin un período de transición, en el siglo XXI. Como hombre que supo tomar decisiones cometió errores políticos pero eso no lo detuvo. Rasgo saliente es la construcción de carreteras y vías de penetración hacia el progreso. También algunas giras de promoción de inversiones, la construcción de hospitales y el intento de modernización de la economía que también encontró detractores. Lo malo fue el apresuramiento de despedir a los controladores para reemplazarlos por extranjeros. Así mismo, el tortuguismo demostrado en los casos BANAICO, Faúndes y en la proyección de una Asamblea Legislativa dócil al ejecutivo. Otra anomalía fue la rebaja drástica de aranceles en un país donde los productores no quieren entender que tienen que ser más competitivos. Las reformas al Código de Trabajo, las privatizaciones del IRHE y el INTEL, que han sido desastres, y el afán de reelegirse mediante un costoso referéndum empañan la hoja de servicios del presidente Ernesto Pérez Balladares. Lo feo ha sido la tozudez del mandatario en nadar contra la corriente. Impuso la Sala Quinta con una arrogancia sin límite y a través de su mandato dio muestra de enfado por la disidencia de que fue objeto. Hizo gestos pueriles en algunas ocasiones en que los casos no tenían mucha trascendencia, pero fue débil en que los norteamericanos limpiaran los polígonos de tiro. El jueguito del CMA tampoco le convino. Aparte de ello la extrema pobreza no ha disminuido ni tampoco la delincuencia. Sus colaboradores no fueron tampoco los mejores porque hicieron declaraciones desafortunadas tanto la Premiere, el Ministro de Educación y la de Salud que incumplieron varias de sus promesas. Hay otras aristas de la gestión de Pérez Balladares que en reducido espacio no alcanza para enumerar. La monstruosidad jurídica de la nueva ley de prensa es una de ellas. Esta es una apretada síntesis de la radiografía del actual gobierno de que volveremos a encargarnos en entregas posteriores.
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PUNTO CRITICO |
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