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FAMILIA
Narcóticos Anónimos
Cuarto Paso
Joaquín Arias
Enfrentémonos con los hechos: mientras consumíamos las drogas, no éramos honrados con nosotros mismos. Empezamos a ser honestos cuando admitimos que la drogodependencia nos había derrotado y que necesitábamos ayuda. Tardamos mucho tiempo en admitir nuestro fracaso. Luego descubrimos que no nos recuperamos física, mental y espiritualmente de un día a otro. El cuarto paso nos ayudará, más de lo que imaginamos, en nuestra recuperación. La mayoría descubrimos que no éramos ni tan buenos ni tan malos como suponíamos. Estamos sorprendidos de ver que tenemos puntos positivos en nuestro inventario. Cualquiera que lleve tiempo en este programa y haya bien trabajado el cuarto paso, dirá que tal ha sido decisivo en su vida. Algunos cometemos el error de abordar este paso como si fuera una confesión del daño que hemos hecho y de las malas personas que fuímos. En nuestra nueva forma de vida un exceso de emoción negativa puede resultar peligroso. Esta no es la finalidad del paso, pues lo que estamos intentando hacer es liberarnos de nuestras viejas e inútiles formas de vida. Si hacemos este paso es para adquirir la fuerza y conocimientos suficientes a fin de poder crecer. Podemos llevar a la práctica el cuarto paso de diferentes maneras. Antes de empezar, es aconsejable que repasemos los tres anteriores pasos con un padrino. Estos pasos constituyen la preparación necesaria para adquirir fe y valor para escribir sin temor dicho inventario. Llegados a ese punto, tendremos una mayor comprensión de la situación. Estábamos peleándonos con el paso durante un tiempo y no llegábamos a ninguna parte. Ahora vamos a empezarlo sin dejar que nos asuste. Simplemente, ahora, lo escribiremos. Y lo mejor que podamos. Tenemos que acabar con el pasado y no aferrarnos a él. Hemos de contemplar nuestro pasado cara a cara, verlo en su dimensión real y liberarnos de él para poder vivir hoy. Para la mayoría de nosotros, el pasado ha sido un fantasma. Hemos tenido medio de enfrentarnos con él por temor a lo que nos pudiera hacer. Nuestra voluntad y nuestra vida están ahora en manos de nuestro Poder Superior; por tanto, no es preciso que sigamos adelante sólos. Nos parecía imposible escribir un honesto y concienzudo inventario. Ciertamente lo era mientras estábamos actuando sólo con nuestra propia capacidad. Ahora, antes de escribirlo, nos tomamos unos momentos de sosiego. Y después, pedimos fuerza para evitar cualquier temor. Así seremos conscientes de lo que vamos a escribir. En el cuarto paso empezamos a estar en contacto con nosotros mismos. Hacemos un repaso escrito de nuestros defectos de carácter, tales como el sentido de culpabilidad, la vergüenza, la ira, la depresión, la frustración, la confusión, la soledad, la ansiedad, la impresión de ser traicionados, la desesperación, el fracaso, el propio miedo. Anotamos lo que encontramos de malo en este examen. Existe una tendencia a ser negativos, de modo que, al escribir sobre papel, siempre tendremos la oportunidad de ver más claramente lo que nos está pasando.
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