Guerrilleros jugaron al fútbol con cabezas de policías

Agencias
Internacionales
Los guerrilleros de las FARC que el fin de semana atacaron un pueblo del centro-oeste del país se emborracharon, danzaron y jugaron al fútbol con las cabezas de varios de los 14 agentes que murieron en el sangriento asalto, denunció ayer martes un alto jefe policial colombiano. "Lo que ocurrió en la población de Arboleda (350 km al oeste de Bogotá) fue horroroso, la degradación total de la guerra, pues (los insurgentes) mataron a los policías y hasta jugaron al fútbol con sus cabezas", dijo a los periodistas el coronel Norberto Peláez, jefe de la Policía en el departamento de Caldas, donde está la población asaltada. Según Peláez, más de 300 rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) atacaron el pueblo con dinamita camuflada en vehículos, cilindros de gas doméstico repletos de otros explosivos y fuego de armas largas entre el sábado y la noche del domingo. Además de los 14 policías, murieron cuatro civiles, mientras que tres agentes se hallan desaparecidos, señaló el coronel. "Estamos cansados de sepultar a nuestros hombres en esta guerra desigual, cada mes están muriendo violentamente entre 50 y 70 agentes, esto no le ocurre a ninguna otra policía del mundo", dijo Peláez. De acuerdo con las autoridades, el cuartelillo policial de Arboleda, una de las edificaciones atacadas y destruidas por los insurgentes, era custodiado por 29 uniformados. Los guerrilleros también redujeron a escombros el templo católico, el hospital local y unas 70 viviendas aledañas a las edificaciones oficiales de Arboleda, un pueblo cafetalero de unos 2.800 habitantes. Los combatientes de las FARC -la guerrilla más antigua y numerosa del país, comprometida en una negociación de paz con el Gobierno colombiano- se retiraron de Arboleda en la madrugada del lunes, cuando llegaron las tropas de refuerzo del Ejército y la Policía. En la contraofensiva fueron utilizados tres helicópteros militares que Estados Unidos suministró a Colombia para la lucha antidroga, según reveló en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Phil Reeker, quien calificó de "brutal" la incursión. La incursión rebelde en Arboleda fue condenada por las autoridades de Bogotá y Washington, así como por la Iglesia católica y la Defensoría del Pueblo de colombia. El Ejército señaló el domingo, antes de conocerse el ataque a Arboleda, que los guerrilleros y los paramilitares derechistas -enemigos acérrimos de los rebeldes- atacaron este año 50 poblaciones colombianas, dejando un saldo de 65 policías y 39 civiles muertos, 105 personas heridas, 17 secuestradas y 8 desaparecidas. Según ese informe, las FARC perpetraron 43 de los asaltos, en tanto que el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), realizó 5 y los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) otros dos. Igualmente, los grupos armados ilegales destruyeron 570 viviendas campesinas, 33 puestos de policía, 39 entidades bancarias, siete alcaldías, una sede de la empresa estatal de telecomunicaciones, un hospital, dos centros de salud y dos casas de cultura.
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