Cada año, el Festival Nacional de la Pollera toma mayor auge y es más lo que exige, especialmente para los organizadores que no cuentan con un local adecuado y acondicionado para recibir a las participantes que en ocasiones viajan desde la capital o cualquier otro rincón del país para competir, sin dejar de lado la inversión económica que exige participar en un certamen donde la pollera debe lucir impecable y con todo lo que la norma exige.
El sofocante calor y seguridad adecuada para las empolleradas son algunas de las carencias que presenta el Festival, por lo que las autoridades deben poner atención, especialmente las de Cultura y Turismo, pues la afluencia de público foráneo cada vez será mayor por la vistosidad del mismo y la exposición en los medios de comunicación.
Por todo ello, el Municipio de Las Tablas, Club de Leones, IPAT e INAC deben redoblar esfuerzos, a fin de lograr una salida adecuada y pronta para la celebración del Festival en un local que vaya acorde con algo tan sublime como la pollera.
Por otra parte, los organizadores deben tomar en cuenta la extensión del programa que no debe prolongarse más de tres horas y no cinco como el recién celebrado certamen, lo que le convierte en una jornada maratónica.
Estoy seguro de que con los años, los tableños que aman la pollera lograrán con esfuerzo que el Festival sea visto en vivo por todos los panameños y de seguro será el mejor regalo que este pueblo dé a sus compatriotas.