Si una de las puertas del hogar sufre modificaciones por cambios de temperatura o humedad, seguramente comenzará a raspar con el piso. Para éste tenemos opciones.
Si no quiere sacar la puerta, ponemos la lija en el piso, en la parte donde la puerta no raspe con el suelo, y la vamos moviendo hasta llegar a un punto entre ésta y la lija para producir fricción. Fijamos la lija con los pies, y con las manos movemos la puerta para que raspe con la lija. A medida que vamos sacando material vamos corriendo la lija hasta el lugar donde raspa más. Así logrará nivelarla.