Para el mantenimiento cotidiano, la aspiradora es la forma más común, pero a veces las manchas provocadas por la caída de líquidos, alimentos u otras sustancias hace que el aspirado no sea suficiente.
Manchas de huevo o de leche. Para eliminarlas realizamos una mezcla con mitad de alcohol y agua y después frotamos en sentido circular. Este líquido también nos sirve para el azúcar o el caramelo.
Para las de té o café podemos aplicar una mezcla hecha con mitad de alcohol y vinagre.
Para las de chocolate, debemos lavar las manchas con un detergente neutro y enjuagarlo con alcohol.
Las manchas de tinta las podemos limpiar con jugo de limón, y las de pintura primero las raspamos con un cuchillo y el resto con disolvente de pintura.