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La fotógrafa canadiense de origen iraní que murió en una comisaría de Teherán tras ser golpeada en la cabeza fue finalmente enterrada en Irán, pese a las presiones del Gobierno de Ottawa para que el cuerpo retornase a Canadá, informó la agencia de noticias de Irán IRNA.
Al final prevaleció la opinión del Gobierno iraní y de la madre de Zahra Kazemi, la periodista gráfica que murió de una hemorragia cerebral dos semanas después de ser arrestada por tomar fotos en el exterior de la cárcel de Evian, en Teherán.
El Gobierno canadiense, apoyado en la demanda del hijo de la fallecida, pugnaba por conseguir que los restos de Kazemi volaran a Canadá, donde la fotógrafa tenía establecida su residencia.
La muerte en custodia policial de Kazemi ha creado una grave crisis entre Irán y Canadá, país que apoyado por la Unión Europea exige una investigación completa para esclarecer las circunstancias del suceso y depurar responsabilidades.
También ha supuesto un motivo de inestabilidad en Irán después de que la investigación ordenada por el presidente del país, Mohamed Jatami, concluyera que la causa de la muerte de Kazemi fueron los golpes que recibió en la cabeza. |
