La desaparición física de Victorio Vergara Batista no ha quedado en el olvido, y hoy después de 10 años de su muerte aún la gente sigue cantando y bailando su música.
Su gran amistad con El Tigre de La Candelaria nació en los festivales bailables y creció a través de la relación comercial con el Club La Unión donde el público se quedó esperándolo, ese 18 de julio de 1998.
Según los cálculos de su propietario, Luis "Tito" Delgado a las 10:00 de la noche ya habían pasado por taquilla más de 2,000 personas que no lograron despedirse de El Tigre.
La noticia se conoció a través de una llamada que recibió a eso de las 8 de la noche, cuando les dijeron que El Tigre había sufrido un derrame.
¿Quién va a decir la noticia? Era la gran interrogante. Esperaron que Nenito llegara a eso de las 9 de la noche, se reunieron en la oficina y llegaron a la conclusión que no se haría el baile "porque El Tigre estaba muy malo y ellos no querían tocar".
Anécdotas. Recuerda que en la época de Semana Santa siempre acostumbraba a invitar a sus mejores amigos a una casa que tenía en la playa a comer mariscos".
Costumbre. Siempre llegaba al Club La Unión como a las 9:15 de la noche "y cuarto. Lo primero que hacia era preguntar ¿Y mi socio? Se tomaban un par de tragos de Old Par, que era lo que a él le gustaba y conversábamos de planes y me decía que tenía que cuidarme porque yo era un empresario emprendedor".
Entre una pieza y otra El Tigre acostumbraba a bajar de la tarima y compartía con su gente, sobre todo con los que llamaba "mis cholitos", decía que esos eran los que él quería porque eran los que lo seguían a todas partes, puntualizó el entrevistado.
El Tigre de la Candelaria era un hombre sencillo y humilde.