Dos armas de guerra fueron encontradas a orillas del río Sixaola. Al parecer fueron abandonadas por traficantes que utilizan esa zona para contrabandear armas de asalto.
Los fusiles AK-47 con sus respectivos proveedores fueron encontrados en un matorral luego de que se hicieran llamadas a las autoridades por personas anónimas.
Se presume que esas armas provienen de Costa Rica, con destino a otros países suramericanos, donde existen guerrillas.
La Policía Nacional de Frontera y la DIJ fueron las que trasladaron las armas hacia la zona policial, donde posteriormente sería llevadas a la Gobernación de Bocas del Toro.