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Las labores de la pollera y corona fueron de Edgardo de León Madariaga.  |
La panameña, mujer llena de elegancia y donaire ostenta uno de los trajes típicos más lujosos del mundo, la pollera. Al pasearse a la luz de las velas, en una alegre tuna para una fiesta patronal o los carnavales, la luz de los fuegos artificiales centellean en los balcones de oro que adornan su cabeza, lo que hace que las damas istmeñas anhelen estas fiestas para vestirse con este preciado vestido.
Si hay alguien que sabe que es esto, es Ambar Gisela Zambrano Cárdenas, Reina del 43 Festival Nacional de la Pollera, evento que se efectúa año tras año en Las Tablas, en fechas paralelas a la de las festividades de la patrona de este pueblo: Santa Librada.
Ambar es una bella joven nacida en la ciudad de Panamá, pero con raíces netamente tableñas posee en su haber una de las colecciones más grandes de polleras, razón por la cual en todas sus apariciones mostró una diferente.
Afirma que ser reina de esta festividad ha sido uno de los orgullos más grandes que ha tenido en su vida. "Llevar sobre mis sienes durante todo un año la corona que me distingue como Reina del Cuadragésimo Tercer Festival Nacional de la Pollera, ha sido motivo de honor y orgullo, tanto para mí como para mi familia, ya que presidirlo representó el amor y respeto por nuestro hermoso traje típico nacional, llevando inmerso el calor de todo un pueblo, que a través de sus costumbres y tradiciones más arraigadas, hace reverencia a la panameñidad en todo su esplendor".
Recordó que una de las influencias más grandes que recibió vienen de su bisabuela materna Carmen Zambrano, quien ya falleció y que trabajaba el difícil arte del mundillo. Manifestó que mucha de sus polleras fueron tejidas por las laboriosas manos de esta noble anciana, recalcando que este es un grato recuerdo que lleva en su corazón.
Sobre su reinado declaró que uno de los momentos más emocionantes fue la entrada al pueblo de Las Tablas el 13 de julio de1 año pasado, en una alegre y vistosa tuna de calle acompañada de la caja y el tambor, cantalantes, acordeones, grupos folclóricos y con el sonar de los cohetes y voladores.
Dijo que sintió que el espíritu de todo un pueblo vibraba de emoción, ya que se hacía gala de lo que sería el inicio del reinado.
Rememoró que el momento cumbre fue al llegar la noche en el gimnasio auditorium de las Tablas. "Fue ese el momento cumbre, donde todos mis pensamientos se centraron en brindar al pueblo de Santo Domingo, al pueblo de Las Tablas, y a todos sus visitantes, lo mejor de mí para que sintieran orgullo de lucir una reina dispuesta a mostrar a la ciudadanía en general, lo hermoso de nuestro traje típico , la pollera".
Ambar a pesar de su juventud, muestra la serenidad y alegría de una soberana por lo que sus palabras representan todo el amor y fervor hacia nuestras costumbres y tradiciones por lo que sus palabras entonan un canto a la nacionalidad. "Puedo decir, sin temor a equivocarme, que el ser coronada Reina del Festival Nacional de la Pollera 2001, a mis escasos 16 años de edad, ha sido el momento más maravilloso que Dios nuestro Señor me ha permitido pasar, pues la grandeza, prestancia y majestuosidad de la Pollera y su festival, no tiene comparación". |
