España y Alemania con las mejores generaciones de futbolistas de su historia, reeditan dos años después la final de la Eurocopa 2008, en la semifinal del Mundial 2010, a donde la Roja llega firmando el capítulo más exitoso de su vida en la competición de mayor prestigio.
Hoy en el estadio Moses Mabhida, el mismo escenario donde España arrancó con mal pie el Mundial 2010, con una inesperada derrota ante Suiza que le hizo estar en estado de alerta desde entonces, la Roja se cita con la historia. Y lo hace con un gran duelo para el fútbol. Ante la selección en mejor momento del planeta, una Alemania que ha goleado en su camino a las potentes Inglaterra y Argentina.
El reencuentro de viejos amigos llega con numerosas caras nuevas. Principalmente en el bando germano. España no ha necesitado grandes cambios, sí retoques de Vicente Del Bosque, quien retomó el exitoso proyecto de Luis Aragonés tras tocar el cielo en la final de Viena de la Eurocopa.
No se ha bajado de él desde entonces y con la entrada de jugadores que han rejuvenecido el plantel para ser indiscutibles -Gerard Piqué y Sergio Busquets más una lista de revulsivos-, se reencuentra en su camino con un rival que tiene nueva identidad. Al poderío físico que siempre marcó a la selección germana en su pasado, se le ha sumado una calidad técnica de mayor nivel con la entrada de nuevos jugadores como Thomas Müller y Mesut Özil. Provoca que en el mar de elogios en el que navega, sea calificada como "la mejor Alemania de la historia" por el mítico Franz Beckenbauer.
España llega a la cita con la moral por las nubes, demostrando el crecimiento que protagoniza desde que fulminase sus complejos en aquellos cuartos de final de la Eurocopa ante Italia.