Según un nuevo estudio, los antioxidantes en los alimentos y suplementos no protegen a las mujeres de la artritis reumática (AR).
La AR no es lo mismo que la osteoartritis, que aparece con la edad o el desgaste articular. No es tan frecuente, pero sí más grave. La AR y el lupus son enfermedades autoinmunes.
Un equipo estudió a unas 185.000 mujeres durante 24 años y no halló una relación clara entre el consumo estimado de antioxidantes (vitaminas A, C y E y betacaroteno) y la posibilidad de que se les diagnosticara AR o lupus.
Esto contradice los hallazgos de estudios previos de que las mujeres que más antioxidantes tomaban tenían menor riesgo de padecer esas enfermedades.
Un motivo para verificar si esos componentes en la dieta tendrían algún efecto es que las personas con AR y lupus tienen niveles más bajos de antioxidantes en sangre que la población sana. Y, según estudios en ratones, su uso reduciría la inflamación que activa el sistema inmune asociada con esas enfermedades.
Los antioxidantes no sólo controlan la inflamación, sino que también protegen al tejido corporal de las partículas potencialmente dañinas de las células llamadas especies reactivas al oxígeno.
Pero en el nuevo estudio, publicado en American Journal of Epidemiology, los autores no hallaron una relación entre la cantidad de antioxidantes y el riesgo de desarrollar AR o lupus.