No podía ser otro, ni de otra forma. Está cuajando un Mundial de ensueño, como en la Eurocopa. David Villa acabó, con suspenso y a poco del final, con el maleficio de la selección española, y su gol la dio el pase a semifinales del Mundial ayer y acabó con el sueño de una Paraguay que fue un rival más que rocoso y que rozó también seguir en el torneo.
Era un momento para la gloria, hispana y guaraní. Todo por un sueño. Los paraguayos se presentaban por primera vez en estas instancias y España pretendía derribar el muro de los cuartos.
Y después de mucho sufrimiento, hasta de angustia y zozobra por momentos, Villa culminó una espléndida jugada de Andrés Iniesta con disparo previo al poste de Pedro Rodríguez. El remate del asturiano dio en el otro palo, pero el suyo finalmente entró.
El cuarto puesto de Brasil50, edición en la que se disputó una liguilla, era la mejor actuación de España en los Mundiales. Desde entonces se encadenaron decepción tras decepción para la roja. Ahora, 60 años después, iguala cuanto menos esa actuación a la espera de disputar la gran semifinal ante Alemania, verdugo de Argentina.
Datos
Vicente del Bosque confió en el once inicial de los partidos frente a Chile y Portugal. No quería tocar lo que había funcionado y encima iba a más a lo largo del torneo.
Mientras tanto, Gerardo Martino apostó por Óscar Cardozo como referencia en ataque y por el veloz Nelson Haedo Valdez a su espalda, así como por un poblado centro del campo.
El técnico argentino del cuadro guaraní planteó una presión muy adelantada para anular la salida de balón española y con constantes ayudas. Bloqueó casi por completo a la roja, en esta ocasión de azul marino, que careció de precisión y fluidez para hacer realmente daño ante el meta del Valladolid Justo Villar.
Jonathan Santana dio el primer aviso a Iker Casillas antes de cumplirse el primer minuto. Era la advertencia de Paraguay de que, pese a plantear una disposición defensiva, de contención, pensaba plantar batalla a la zaga española a la mínima que pudiera.
De hecho en el primer periodo Paraguay fue la que incomodó más en los últimos metros.
Incluso se llevó poco antes del descanso un susto cuando Valdez batió a Iker Casillas tras un pase en profundidad, pero el colegiado lo anuló por fuera de juego de Cardozo, que hizo inicialmente intención de buscar el balón.
Aunque España pareció mejorar en la salida del segundo tiempo Del Bosque no tardó en llamar a Cesc Fábregas en busca del rescate, pero su salida coincidió con los minutos de frenesí y locura del encuentro, con dos penaltis que Iker Casillas, primero a disparo de Cardozo, y Justo Villar, a tiro de Xabi Alonso, abortaron con sendas paradas.