Alemania expulsó a Inglaterra del Mundial con una goleada que pudo alcanzar ribetes de escándalo en un partido de locos que entrará en la historia de la Copa del Mundo no sólo por su resultado (4-1), sino por el gol clamoroso que el árbitro le negó a Frank Lampard.
Ofensiva a ultranza, derroche físico sin brusquedades (sólo una tarjeta por bando), goles abundantes, alternativas en los dos frentes, errores de los porteros, disparos a la madera y, por si fuera poco, un gol de los llamados "fantasmas" salpimentaron un espectáculo apasionante, digno de una final, en Bloemfontain.
Miroslav Klose abrió la cuenta para Alemania a los 20 minutos; el 2-0 llegó a los 32 minutos por medio de Lukas Podolski; en los minutos 67 y 70, marcó Thomas Müller. Matt Upson descontó a los 37.
Sin embargo, el árbitro uruguayo Jorge Larrionda cometió un error al no convalidar un gol de Inglaterra ante Alemania que hubiera supuesto el 2-2; en esa jugada, el remante de Lampard pegó en el travesaño y picó claramente adentro del arco.